Imagínate que estas dentro de un problema del cual no eres capaz de salir
ni encontrar la clave para resolverlo.
Te pasas horas, días, meses tomando decisiones, actuando, reflexionando y
no hay manera de que las cosas salgan adecuadamente, como esperabas.
Tu sigues creyendo que es una cuestión de voluntad y continuidad y sigues
intentándolo una y otra vez, obteniendo siempre el mismo pobre resultado.
Te preguntas cómo es posible que no salgas adelante con ello cuando estás
poniendo todo tu empeño y esfuerzo y ya te estás agotando, estás a punto de
rendirte…
El estrés, la angustia y ya el malestar físico te tienen agotado psíquica y
físicamente, has dejado de dormir bien, te sientan mal las comidas, te ha
subido la tensión arterial, ya no vas al gimnasio, estás perdiendo la forma y
la ilusión, estás dejando de confiar en ti y en la gente, tu autoestima y
cartera están cada vez más y más bajas…
Ya no ves con claridad, te sientes amenazado y todo lo empiezas a ver en
“visión de túnel”, no ves a los lados, solo tu obsesivo objetivo que no logras
cumplir y parece que todo se oscurece a tu alrededor, perdiendo de vista mucho
de lo que acontece y que antes te hacia vibrar…
Hay una creciente sensación de perdida y de inseguridad y se vuelve un
circulo vicioso del que no sabes como salir, cada vez tienes menos energía para
levantarte y enfrentar la misma rutina, intentarlo de nuevas maneras, en fin,
llega un momento que ya no sabes qué más hacer…
Estás ya en la fase de creer que esto es una maldición, que te están
echando el mal de ojo, que te tienen envidias y te están atacando “de otras
formas” o que Dios ya no te quiere y te ha abandonado…¡acabas creyendo que
realmente la mala suerte existe y tu estás en esa racha negativa!, sometido y encerrado!.
Ahora imagina por un momento que la solución se encuentra en una acción que
tu no eres ni capaz de “ver” por el simple hecho de que tu “mapa mental”
formado por tus principios, valores y creencias, te impide cualquier
aproximación a esa actitud por tu parte.
O sea, que es algo que a ti no se te ocurriría, pero no por ti, sino porque
tu programación mental no tiene abierta esa puerta, esa posibilidad…vamos, que
eso otro lo haría otra persona pero no tu, ¡a ti no se te ocurre ni apetece hacer eso!.
Bien, tengo una noticia para ti: la solución a tu problema se encuentra
delante de ti pero no puedes verla porque tu cerebro no tiene el programa para
verlo. Tu programación, fruto de tu vida e historia personal, te tiene
condicionado a ver y actuar de una forma
muy concreta.
Todas tus estrategias parten de ti mismo, de tu mapa de realidad, y éste ha
sido conformado por las emociones que has ido integrando y, a si vez,
bloqueando en tu historia personal.
Asi pues, hay una serie de acciones que simplemente no ejecutas porque te
parecerían “indignas de ti” o “demasiado infantiles” o “humillantes” o
“difíciles” o “para gente superior a mi” o un largo etcétera fruto de tu
percepción actual de ti mismo y de tus limitaciones, asi como de tus habilidades
y potencialidades.
Imagínate por un momento que a ti te diese exactamente igual hacer una cosa
que otra, de modo que si no sabes hacerlo pues te pones a aprenderlo, a
modelarlo en un modelo o maestro.
O sea, que si te falta una habilidad, sabes que tienes la capacidad y la
flexibilidad para aprender algo nuevo, asi introducir un nuevo programa en tu
cerebro abriéndote nuevas autopistas y posibilidades.
Asi, si eres timido a la hora de comunicarte en publico, pues estás abierto
y predispuesto a prepárate para ello; si no manejas las nuevas tecnologías,
pues a ello; si no sabes venderte, pues lo mismo; si no sabes relacionarte,
pues a lo suyo…o sea, que cambias el NO PUEDO, por el NO SE, PERO PUEDO
APRENDER…
El NO PUEDO te lo dicen tus emociones y eso es lo que te tiene donde tú
estás ahora, repitiendo actitudes, acciones y reacciones, de modo que estás en
un circulo vicioso que no tiene salida.
Asimismo, el YO PUEDO también te lo dicen tus emociones, fruto de
experiencias que te han dado resultado y te han “anclado emocionalmente” que
ESO ES ASI, Y ASI RECIBO LA RECOMPENSA…igual que el perro de Paulov pero en
versión humana.
Esto también te tiene circunscrito a un circulo vicioso de actitudes y
acciones que antes te dieron resultado y que tal vez hoy no te lo estén dando,
con lo que no recibes “el chuche del resultado esperado” con lo que vuelves a
intentarlo una y otra vez, hasta el hastío, puesto que tu “niño interno” está
“enganchado” a la emoción del logro y te dirige y condiciona desde dentro.
Con todo esto, aunque crees que estás actuando con nuevas decisiones y
tomando nuevas directrices, nuevas estrategias, todo parte del mismo núcleo
emocional que condiciona tus creencias acerca de lo que se debe y no se debe
hacer, limitando tu visión y tu capacidad de abrirte a modelar nuevas actitudes
y acciones diferentes.
Imagina que para salir de donde estás tan solo se necesita una simple
acción, como mover una pequeña palanca, que va a provocar el desencadenamiento
de tu objetivo, dando el resultado deseado, pero que ni se te puede ocurrir a
ti el planteártelo porque te supondría dejar de hacer lo que “creías que era lo
correcto” y te iba a implicar “dejar de ser quien soy”, sin embargo, ese “otro
yo parelelo” te tiende la mano desde el futuro y te ofrecería la solución inmediata.
Por tu lado solo necesitarías “doblarte y estirarte” para llegar a donde él
se encuentra…
Ahora ya vas a saber para qué sirve este Coaching y en qué te puede ayudar:
1.
Hacerte
ver tu circulo vicioso de acción reacción
2.
Modelar
el modelo de solución: que nuevas acciones llevarían a un nuevo resultado
3.
Ver
todas las resistencias internas al cambio y a encarnar un nuevo modelo (muerte
del viejo modelo del que te alimentabas y sobrevivias, tanto emocional como
materialmente, o sea, los beneficios secundarios)
4.
Ver
tus mapas mentales condicionados con las creencias y principios anclados
emocionalmente que te impiden ver una nueva posibilidad para ti
5.
Construir
y anclar emocionalmente el nuevo modelo
6.
Desarrollar
la nueva estrategia desde el nuevo modelo
7.
Ponernos
en acción hacia la solución